Teresa Beltran Olivé

Acompañante proceso personal de enfoque humanista

Recuerdo, desde jovencita, tener la sensación de insatisfacción. Hiciese lo que hiciese siempre me quedaba un regusto, un sentimiento de displacer que me impedía  disfrutar de los logros conseguidos.

Era como si no fuera suficiente; necesitaba demostrar que podía hacer mucho más, mucho mejor.
Ahora sé que estaba tan llena de invalidación que no había lugar para otra cosa.

Siempre pensando que podría aprender más, buscando fuera lo que consideraba que me faltaba..

Siguiendo esta dinámica, mi vida ha sido una lucha perdida de antemano, pues quería llegar a un lugar imposible.

Durante muchos años me dediqué a la enseñanza. El hecho de dar clases no me acababa de satisfacer, ya que, como en todo, creía que los resultados obtenidos eran insuficientes. Por eso tenía una obsesión por reciclarme: haciendo cursos, invirtiendo miles de horas en reuniones, proyectos… En perjuicio de mi relación familiar, relegada a un segundo lugar.

En la única actividad que me sentí realizada fue en la vertiente de mi trabajo de directora, en la que tenía que hacer a menudo tutorías con los alumnos; aquí sentía que mi función era “tan solo” escucharlos, acompañarlos… y creía que esto sí lo sabía hacer. Más tarde, me he dado cuenta de que escuchar verdaderamente a otro es una de las labores más difíciles.

Los años fueron pasando y cambié de trabajos, de población, de amigos.

A raíz de una profunda crisis, me di cuenta de que me movía desde la queja y que me había desresponsabilizado de mi vida, esperando siempre que las cosas se solucionaran sin ningún esfuerzo, ni siquiera intencionalidad por mi parte. Era hora de que esto cambiase.

Busqué ayuda: cambié la alimentación, empecé a hacer terapia; como paciente primero y, más tarde, a formarme como profesional.

Empecé a darme cuenta de mi aquí y ahora, que no es nada más que poner conciencia, responsabilizándome de cada cosa que hago o dejo de hacer en cada momento.

Hoy soy una persona más completa, ya que cada día me conozco mejor y me acepto. Paralelamente, mi familia ha recuperado el lugar que le pertenece.

La salud empieza por uno mismo, el resto viene por sí solo.

Siento que todo el mundo necesita encontrar herramientas que le ayuden a sostenerse en el día a día, tanto cuando aparecen grandes conflictos (depresiones, ataques de pánico, separaciones, duelos, conflictos con los hijos…) como ante los pequeños contratiempos o, simplemente, para conseguir un mayor crecimiento y sabiduría interior. Y me gusta contribuir a este bienestar.

Trabajo principalmente con la terapia Gestalt y Focusing aunque incorporo en mis sesiones de Terapia sistémica y otras disciplinas.

Acompaño a cada persona a encontrar su camino del mismo modo que lo hicieron conmigo durante mi aprendizaje.